miércoles, 7 de enero de 2009

la mañana de Enero...




Aquella niña miraba con ojos de pregunta mientras pugnaba por decidir que decir primero, algo le había pasado al cachorro y ella quería saber qué…; el día de la celebración había ocurrido un incendio, pero como toda buena fiesta hasta las llamas fueron parte del cómico baile de anécdotas de tantos días con tanta gente…
No encontraba mi lugar, no encontraba el sitio exacto, y entonces un pequeño dedo herido me mostró simplemente que lo que debía buscar no era el lugar, sino el momento exacto. Al final se decidió, tenia una pequeña herida en un dedo por las espinas que su padre iría a matar con un cuchillo, una mirada despierta e inquisidora, sin miedos, sin respetos, sin prejuicios, con una pureza que rallaba en lo perfecto…
- mira…, tenno una herida n’el deo co’ na ‘pina me hice yo…; to me lliamo Anta…
Sin previo aviso, sin mediar nada mas…, así me habló Arantxa…, y con sus cortos tres años de vida me enseñó como convertir una simple hoja en un juguete, y como doblarla para hacerla volar…
Solo entonces comprendí que no debía buscar el lugar, porque ese momento fue el momento perfecto en el que buscaba estar, el momento en el que quería estar no importando ningún otro, sonriendo al sol de esa mañana pura de enero.

3 comentarios:

Feyoville dijo...

Sobran las palabras para agradecer tan exquisita lectura. Y es esa mañana de enero la que perdura como el recuerdo mas presente durante un año de enajenación

Jeranui Ayala dijo...

Heus Fran
etto.. la verdad que nu habia entrado a estos lares, pero te cuento que me gusto muchisisismo tu escrito, leere los demás deberias escribir mas y más siempre es bueno abrir el alma... y una mano escribe aquello que anida tu ser al menos pienso eso jejeje..
atte
haru

Ada dijo...

Precioso, póngale más letras a su vida señor!!!