viernes, 30 de enero de 2009

Dolor - Crecer


Como una caída, como un precipicio se sintió aquella lagrima que rodaba, no pasaba nada, no había tristeza, pero aquella lagrima daba la impresión de llevarse consigo todo el peso del cuerpo en una caída inmensa; tan solo era una lagrima rodando por la mejilla iniciada con un golpe y terminada en el borde de un dedo, pero de pronto en ese pequeño momento fue todo lo que necesitaba saber, un instante eterno a solas con su propia inmensidad, un instante de lucidez al borde del precipicio, tan solo un momento en que todo cobró sentido y en el cual la vida le abrió una nueva puerta…, ya no sería una persona demediada, ya no estaría en el umbral del desequilibrio porque había descubierto la cura mágica de toda aquella pequeña desgracia…
Y entonces siguió golpeándose, probando cada día un golpe nuevo, una lagrima nueva, tratando de encontrar la solución de cada problema, de cada dolor, de cada sinsentido, hallando respuestas inmensas en pequeños instantes de dolor…, y fue así que llegó a convertirse en un opulento semidios conocedor de todas las respuestas…, un creador..., y en el ser mas felizmente golpeado de su propio mundo…

sábado, 24 de enero de 2009

La Cuarta Muerte


Sacudido por el fulgor, desafiado por los vientos, estremecido por el rumor, impactado por la sensación, aquel dios recorría su recién creado mundo en donde él también era una creación…
Despertó un día sintiendo un dolor intenso, una gota de agua había caído directamente en el centro de su pecho mientras dormía bajo una constelación, y aquel agudo dolor le provocó espetar una maldición, un poético ruido que arrasó estrellas y prodigios…
Pero entonces, aquel dios caminante en su creación, decidió recomenzar de manera imperfecta una vez mas porque la simetría por la cual era adorado era la causa de su hastío y de que todo palideciese ante el, no había desafíos en su mundo perfecto, no había incertidumbre, y entonces, decidió morir una vez mas…
Cuando despertó a su conciencia ancestral, se dio cuenta que era producto de una historia, una leyenda en todo lugar y uno mas de sus indiferentes criaturas que se negaban a adorarlo, y entonces, supo que su obra estaba completa…, había creado la imperfección y se había vuelto parte de ella…

miércoles, 21 de enero de 2009

Azar


por azares diversos vuelvo en nuevos caminos ya recorridos, y donde habira piedras el asfalto ordena todo, los mismos árboles ya crecidos adornan con sus sombras las lineas que alguna vez seguí, y no quisiera pasar sin señalar que distinto es todo ahora...; quisiera resolver en una exhalacion la caida eterna y sin darme cuenta llegar al rincón donde un dia soñé estar, en un rincon desde donde se pueda ver el mundo...
los brazos me pesan, el sopor me embarga y obliga a caer, jamás volé, y ya es tarde para aprenderlo sin tener que comprar un nuevo corazón y dejar atrás la pesada armadura, y por azar, en un cruce de viejos caminos, encuentro las majestuosas alas que serán la hermosa sombra de la silueta soñada que recorrerá el mundo en busca de aquel sitio, sin caminos, sin tregua, hablando con el viento...

miércoles, 7 de enero de 2009

la mañana de Enero...




Aquella niña miraba con ojos de pregunta mientras pugnaba por decidir que decir primero, algo le había pasado al cachorro y ella quería saber qué…; el día de la celebración había ocurrido un incendio, pero como toda buena fiesta hasta las llamas fueron parte del cómico baile de anécdotas de tantos días con tanta gente…
No encontraba mi lugar, no encontraba el sitio exacto, y entonces un pequeño dedo herido me mostró simplemente que lo que debía buscar no era el lugar, sino el momento exacto. Al final se decidió, tenia una pequeña herida en un dedo por las espinas que su padre iría a matar con un cuchillo, una mirada despierta e inquisidora, sin miedos, sin respetos, sin prejuicios, con una pureza que rallaba en lo perfecto…
- mira…, tenno una herida n’el deo co’ na ‘pina me hice yo…; to me lliamo Anta…
Sin previo aviso, sin mediar nada mas…, así me habló Arantxa…, y con sus cortos tres años de vida me enseñó como convertir una simple hoja en un juguete, y como doblarla para hacerla volar…
Solo entonces comprendí que no debía buscar el lugar, porque ese momento fue el momento perfecto en el que buscaba estar, el momento en el que quería estar no importando ningún otro, sonriendo al sol de esa mañana pura de enero.