
tomo la madera y su metal, su delicado contorno, el marfil de razas unidas, la visión del caos por venir, palabras faltan en el silencio definido por el sonido, y sin embargo nadie las extraña, tomo la madera y sobre el metal dejo salir energía, electricidad inverosímil por cada uno de mis dedos mientras al oeste de mis ideas los dedos corren creando palabras sin letras, miro el animal de los dientes perfectos y caigo como trueno, y mas y mas vida escapa por bocas que no me pertenecen haciéndome sentir cada vez mas vivo..., como un niño, de vuelta a los juguetes, poniendo el alma en doce letras...
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